Necesitamos a Otros

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El ciclista originario de los Países Bajos había tomado una ventaja de más de 20 minutos sobre el pelotón. Un grupo de ciclistas más pequeño lo seguía de cerca, pero aún en un descenso técnico por una carretera montañosa que los llevaba a Córdoba en un rítmico pedaleo, parecía imparable con solo unos kilómetros hasta la meta final.

Ese ciclista es Lars Boom e hizo noticia cuando ganó la etapa número 15 de la Vuelta a España, considerada uno de los eventos ciclísticos más difíciles del mundo. Mientras veía la etapa en diferido en televisión hace unas semanas, el comentarista hizo el siguiente anuncio: "…ni uno solo de los ciclistas que ha ganado una etapa en la Vuelta de este año está entre los diez primeros en la clasificación general…" ¿Qué nos dice eso acerca de tener éxito en un deporte que pone tanto énfasis en los logros del individuo?

Estamos acostumbrados a escuchar acerca de los triunfos personales de los atletas en todos los deportes. La historia de la persona ultra exitosa que se “hace sola” ha permeado el deporte y la cultura popular desde sus comienzos. Los medios de comunicación se enfocan con frecuencia en el talento individual, inclusive cuando el tema es un deporte de equipo como el ciclismo de ruta.

Muchos atletas hoy en día son egocéntricos, elevando el concepto de “no necesito a nadie” que se refleja en otros ámbitos de nuestra sociedad [aunque claramente ese es un tema para otro artículo]. Cuando un atleta con renombre triunfa continua y contundentemente, el caso de Lance Armstrong o Michael Phelps, quizás escuchemos su historia en una entrevista de algún programa investigativo de televisión donde el atleta aparece dándole gracias a mamá, hermano o entrenador por estar siempre con ellos y convertirse en su inspiración para triunfar en el deporte.

“El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre.” NVI: Proverbios 27:17

En pocas oportunidades escuchamos de los famosos mencionar a la persona que los convenció a formar parte de su primer club de atletismo; o de sus modelos (sean otros atletas o no), o de los compañeros de entrenamiento que han contribuido para que ellos lleguen a la cima en su disciplina deportiva. El talento y deseo de victoria son sin lugar dudas elementos importantes del deporte. Pero el atleta no puede crecer en carácter, madurar en el deporte, o entrenar con la misma efectividad sin la ayuda de otros. Desde nuestra juventud se nos han hecho creer que es el talento, actitud positiva, trabajo duro, genes o una combinación de esos elementos los que nos llevan a la cúspide. Pero esa no es toda la verdad.

Estamos hechos para crecer en nuestro carácter y fuerza a través de lo que otros nos enseñan, aquello que se nos modela, y con la guía que solo puede ser provista a través de otros. Dios también usa a otras personas para momentos en los que necesitamos recuperarnos de fracasos. La Biblia está llena de ejemplos de atletas espirituales que crecieron en carácter, maduraron y completaron su recorrido con la ayuda de otros: Moisés y Josué; Elías y Eliseo; David y Jonatán.

“Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.” NVI: Santiago 5:16

Lars Boom terminó en el puesto número 55 en la clasificación general de la Vuelta. Mientras que puede haber varias razones para explicar el puesto que ocupó – quizás es más un corredor de sprint, o entregó todo su esfuerzo por la gloria de un día en el podio de los ganadores – el punto es que Lars no pudo haber ganado esa etapa sin la ayuda de sus compañeros. Y si fuese un corredor con la misma madurez de Lance Armstrong o Alberto Contador, comprendería muy bien que tiene pocas esperanzas de completar el recorrido sin la ayuda de otros.




Jairo Ospina
jairo.ospina@gmail.com


3 Comentarios:

Fernando Sanchez dijo...

Yo creo que uno es su mas aserrimo rival, yo solo puedo derrotarme sin ni siquiera haber empezado la carrera hoy con la ayuda de ti reconozco que en verdad nos necesitamos,necesitamos de una fuerza mayor que nos levante y anime y esa fuerza es la llenura del espiritu santo, necesito del espiritu santo para no salir corriendo de una situacion, necesito del espiritu santo para entender a mis hijos, necesito del espiritu santo para compartir con otros.

Jairo dijo...

Estoy muy de acuerdo, Jose. Hay una frase celebre que Pogo, una caricatura del artista Walt Kelly, en la que su personaje dice: "Reconocemos al enemigo, y el enemigo somos nosotros." Toma madurez el confrontar la verdad de que no podemos mantener el animo, y que no podemos hacerlo todo sin la ayuda del espiritu santo, y a si mismo, de las personas que nos rodean.

Jairo dijo...

De acuerdo, Jose. El espiritu santo es necesario para mantener el animo diariamente. Cuesta confrontar las realidades de la vida, pero con la ayuda del espiritu y otros, no solo las situaciones de la vida son llevaderas, pero edificantes.





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