En Febrero del año pasado, mi esposa y yo estuvimos unos días en la bella ciudad de Boston. El día en que llegamos, el clima era fabuloso: soleado y con una temperatura máxima de 50 grados Fahrenheit. Para el último día de nuestro viaje, el sol que habíamos escondido en nuestras maletas desde California había desaparecido. La temperatura había bajado a eso de 20 y tantos grados y había caído bastante nieve. Mientras caminábamos dentro de un almacén ubicado en el centro de la ciudad esa blanca mañana, luciendo la indumentaria para esquiar en las montañas californianas, una pareja que pasó a nuestro lado llevaba puesta ropa de atletismo.
Era obvio por sus caras sonrojadas y sus tenis mojados que recién habían terminado de correr. Mi esposa, asombrada, apenas pudo aguantarse unos segundos antes de hacerme la pregunta: ¿Cómo puede esa gente loca salir a correr en este clima? Una corta nota: mi esposa y yo hemos vivido en California por más de 20 años y crecimos en países tropicales; cuando la temperatura baja a 60 grados en Los Ángeles, ¡es excusa suficiente para usar gorros y bufandas!
Las historias de atletas que entrenan diariamente antes de que salga el sol o que lo hacen en condiciones climáticas extremas no son nuevas ni extraordinarias - aunque pueda parecer una locura para algunos. La mayoría de la gente diría que al comprometerse con una carrera uno simplemente necesita acomodar el entrenamiento necesario con el resto de sus actividades cotidianas. Otras personas tienen pocas alternativas: si viven en el centro de los E.E.U.U. y están entrenando para una maratón en Marzo, por ejemplo, necesitan correr distancias largas durante la época de invierno.
¿Pero que tal aquellas personas que entrenan y compiten en eventos bajo circunstancias exigentes, superando barreras que trascienden el clima o la geografía? El número de participantes en maratones y eventos de Ironman© discapacitados o en recuperación de enfermedades terminales parece seguir aumentando. En nuestro último artículo, el poder de lo secreto fue revelado. ¿Cuál crees tú que es la fuente de la Disciplina para esos valientes?
La fuente de la disciplina puede ser capturada con una sola palabra: Deseo. Remueve el Deseo del emprendimiento de cualquier empresa, y no sólo es prácticamente imposible llevarla a cabo, sino que está destinada a perecer o a convertirse en rutina. Mientras más desafiante sea la tarea, y más alto el premio o lugar que se busca en el podio de los victoriosos, con más intensidad debe desearse.
¿Es uno de tus anhelos el tener a Dios en tu vida permanentemente? ¿Deseas al Señor presente en cada aspecto de tu caminar cristiano? Deuteronomio 4:29 NVI nos expresa cómo debe ser nuestro anhelo: "Pero si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás."
Y el deseo de buscar a Dios encaja con las cuatro dimensiones de la disciplina cristiana de la siguiente manera:
1. La Oración (Entrenamiento)
Si en verdad sientes un deseo intenso por Dios en tu vida, en combinación con la disciplina en la oración, no hay razón para que no puedas acercarte a Él. Una situación interesante sale a florecer, sin embargo: debes desear la comunicación con El, pero la oración es acerca de los deseos de Dios en tu vida.
2. Estudiar las Escrituras (Nutrición)
Tus 'antojos' por la palabra de Dios deben motivarte a leer la Biblia con más frecuencia y buscar Su sabiduría (para nutrirte mejor) y poder mantener tu nivel de entrenamiento en el crecimiento espiritual.
3. El Ayuno (Auto-control)
Tu anhelo de vivir una vida de rectitud con Dios te permitirá controlar tu apetito por los malos hábitos y evitar distracciones en tu acondicionamiento.
4. La Reflexión, el Servicio, y la Alabanza (Cross-training)
El deseo de vivir una vida completa en Cristo debe incorporar también el deseo de servir, una necesidad de estudiar las Escrituras a fondo, y un ansia insaciable por alabar.
Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta. Salmos 63:1 NVI
¡El deseo persistente de tener al Señor en tu vida debería volverte loco! (en el buen sentido de la palabra, por supuesto); ese anhelo debe avivar tu disposición para levantarte media hora más temprano cada mañana para estudiar la Biblia, así como también tu voluntad para dejar a un lado el plan de viernes en la noche a cambio de servir a tus hermanos en la Iglesia.
Ahora que sabes la fuente de la disciplina (lo secreto), pregúntate a ti mismo: ¿Qué tan grande es mi Deseo por tener a Dios en mi vida?
Jairo Ospinajospina@race-of-faith.com